Nuestra Historia

En 1936 doña Emiliana Concha de Ossa, hija de la fundadora de Sociedad Protectora de la Infancia, inicia gestiones para traer a los hermanos de la Salle, sacerdotes comprometidos con el trabajo social, y, que a su vez, eran expulsados de Alemania por el régimen nazi. Estos sacerdotes se hicieron cargo de la sección masculina de la obra. Los hermanos de las escuelas cristianas (o hermanos de la Salle) fueron fundados en 1680 por San Juan Bautista De La Salle, sacerdote francés (1651-1719). Su finalidad fue el dar cristiana educación a los niños pobres, fundando escuelas parroquiales gratuitas, comenzando en su ciudad natal Reims.

En mayo de 1938, la congregación se traslada al recién adquirido fundo Las Nieves, de 150 hectáreas, denominándose la obra “Escuela Granja Las Nieves”, atendiendo los cursos de educación básica y media, con las especialidades de sastrería, zapatería, mecánica, electricidad e instalaciones sanitarias. Destacando, ya en este periodo, la banda instrumental.

Los hermanos fueron envejeciendo y muriendo. Otros regresaron a su patria y en vista que quedaban pocos hermanos alemanes el Hno. Superior chileno propuso a la sociedad proseguir el trabajo con hermanos chilenos o españoles, siendo confiada la obra, una vez concluido el año escolar en 1963, a los religiosos de los clérigos de San Viator[1]. Los primeros Clérigos de San Viator llegan a Chile el 16 de noviembre de 1957 a Viña del Mar. La congregación fundada en Lyon (Francia) en 1831, por el sacerdote Luis Querbes, se desarrolló rápidamente, pero la revolución laicista de 1903, obligó a cerrar los colegios y seminarios en Francia y dispersar a los religiosos por el mundo. En el país Vasco (España), florecieron rápidamente las vocaciones, organizándose la primera expedición a Chile[2].

Los Viatores llegan a la Escuela Granja Las Nieves el 10 de marzo de 1965 y es el Hermano Saturnino San Martín[3].quién queda a cargo de la obra y en el puesto de director. Se trataba de un “hombre pequeñito enfundado en una negra y usada sotana, su trato amable, sencillo, digno y bondadoso, causó encontrados comentarios en los diversos componentes de la comunidad educativa de aquella época”[4]. Esperanzados en la nueva misión, ven la obra de siguiente manera “el campo se ve extenso y prometedor, para los religiosos pudieran realizar su carisma en una obra educacional de gran envergadura y de promoción integral, pues se toman a los niños desde temprana edad, formándolos profesionalmente a través de los años en el establecimiento y se le inserta en la sociedad en condiciones de desempeñarse como buen cristiano y ciudadano y al mismo tiempo con unas habilidades para ganarse la vida en forma digna”[5]

[1] González, Gabriel. Entrevista realizada en la florida el 19 de mayo de 2001.

[2] Soto, Gerardo (c.s.v.). Viatores al Sur del Mundo. 2002. pp. 13

[3] Clérigos de San Viator. Libro de Familia, Provincia de España, curso 1979 – 80. pp. 81

[4] clérigos san Viator, 25 años en puente alto. 11

[5] Soto, Gerardo (c.s.v.). Viatores al Sur del Mundo. 2002. pp. 45

En 1936 doña Emiliana Concha de Ossa, hija de la fundadora de Sociedad Protectora de la Infancia, inicia gestiones para traer a los hermanos de la Salle, sacerdotes comprometidos con el trabajo social, y, que a su vez, eran expulsados de Alemania por el régimen nazi. Estos sacerdotes se hicieron cargo de la sección masculina de la obra. Los hermanos de las escuelas cristianas (o hermanos de la Salle) fueron fundados en 1680 por San Juan Bautista De La Salle, sacerdote francés (1651-1719). Su finalidad fue el dar cristiana educación a los niños pobres, fundando escuelas parroquiales gratuitas, comenzando en su ciudad natal Reims.

La Escuela Granja Las Nieves en el año 1968 siente con gran orgullo el término de sus funciones, para transformarse en Escuela Industrial Las Nieves. En 1969, el Hno. Saturnino es elegido delegado de la FIDE y en la inauguración del año escolar de 1972 se canta, por primera vez, el himno del colegio, cuyos autores son el H. Carlos Ordina y el misionero seglar Juan Carlos Martínez.

A partir de 1970 se inicia el coro “Las Nieves”, con un grupo de internos, aceptando, más tarde, a alumnos externos. Este grupo estaba formado, por aquellos años de 60 jóvenes, los cuales, darán gran éxito, debutaban en 1971 en la fiesta San Viator, después se presentaron en el canal 7, interpretando 10 villancicos en directo y para todo Chile, después se presentarían tres veces en canal 13, posteriormente participaron en diferentes escuelas, la fuerza aérea, recibiendo diferentes premios por sus actuaciones.

Durante 1967 y 1968 existe malestar por la marcha económica del país. La situación financiera de las escuelas se hace insostenible. El liceo Parroquial de Viña, también obra de los clérigos, cita a los apoderados para anunciar su cierre, en dicho año ya habían cerrado 226 colegios primarios y 38 secundarios. Tanto la obra de Viña del Mar como de Ovalle solucionan las dificultades gracias a los centros de padres, mientras que en Puente Alto la Sociedad Protectora de la Infancia se preocupó de obtener los recursos necesarios[6]

[6] Vida viatoriana. Crónicas. 1968

El país se ha polarizado en bandos irreconciliables y las corrientes teológicos-pastorales, al interior de la Iglesia, creaban grupos que se descalificaban mutuamente. La educación se vio seriamente afectada. Los sindicatos de profesores y centros de alumnos estaban fuertemente politizados. Las crónicas de la revista “Los Viatores misioneros” nos cuentan detalles de estos momentos: “Se está poniendo de moda la toma de “fundos”, apropiación de fincas y terrenos, alegando que estaban mal cultivados. Se cierran los accesos de alguna manera, se coloca una bandera, se levantan algunas tiendas de campaña para los que hacen guardia… y ya hay nuevo dueño”[7].

En octubre de 1972, Chile vive grandes agitaciones políticas y sociales. Hay paro general del transporte, falta de gasolina, escasea el pan. El gobierno ha decretado estado de emergencia. Ésta época se vivió intensamente, 2 ó 3 veces intentaron tomarse el colegio, pero los profesores, alumnos y religiosos lo ocuparon primero impidiendo la acción “las divergencias políticas de este periodo”

La comunidad Viatoriana mostró al pueblo chileno la misericordia y ternura de Dios de muchas formas, tales como los comedores de la Escuela Industrial Las Nieves, que ampliaron su capacidad para dar alimentación a la amplia población escolar que no podía realizarla normalmente en sus hogares

La comunidad de la Escuela Industrial “las Nieves”, orgullosa, asiste el día 25 de julio de 1992 a la parroquia Nuestra Señora de las Mercedes de Puente Alto, recibiendo de manos de monseñor Cristián Caro, obispo auxiliar de Santiago, la orden de sacerdocio al hermano Raúl Marchant Zúñiga, ex alumno de la escuela. Fue una celebración, en la que asistieron todos los hermanos de la región, gran cantidad de parroquianos y la comunidad de la escuela, donde reconocieron a Raúl como líder juvenil y posteriormente como profesor en el mismo colegio en el que estudió.

[7] Viator misionero junio-julio 1972

A pesar de esto, un momento difícil se avecinaba, el cierre de la comunidad Viatoriana de Las Nieves, después de muchas conversaciones con el directorio de la Protectora de la infancia, en vista de clarificar su posición con respecto a la continuidad de la congregación en la escuela industrial Las Nieves y el internado. No habiendo recibido respuestas satisfactorias y el deseo de continuar desarrollando su servicio, los clérigos deciden abandonar la obra, tras 27 años de incansable dedicación[8]

Aunque la salida de los clérigos de la Protectora de la Infancia sea uno de los momento más tristes como Institución y como comunidad – como lo expresan varios de los actuales docentes y religiosos-, la aportación carismática de la comunidad viatoriana continúa siendo muy importante para la escuela, ofreciendo un enfoque educativo basado en la fe, elementos importantes para crear una sociedad más humanizada y defensora de los más abandonados, especialmente los niños y jóvenes. Su huella estará en todos nosotros que estuvimos o participamos un día, sintiéndonos aún parte de una gran comunidad.

Un nuevo periodo de gran crecimiento comenzaría, pues el legado de los clérigos se mantendría, manifestado en una escuela con carisma católico, con su apostolado en los más necesitados, los jóvenes de escasos recursos.

El mayor cambio durante este periodo fue la construcción del nuevo edificio, asumiendo un cambio modernizador, cuyo desafío ha sido de gran importancia, ya que, al dejar el establecimiento que vio nacer a nuestra escuela, la congoja ha sido parte de la comunidad, no por ello, con menos entusiasmo en el educar.

A partir del año 2008, se implementó, con gran éxito, las salas temáticas, en donde hay una utilización efectiva de las salas de clases. Educar con un nuevo modelo de escuela y de aula, en donde el aprendizaje sea dinámico, a través de la utilización de material concreto, además, en donde el uso de las TICs sean las herramientas principales.

[8] Ibid 174

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